Sábado 16 de agosto
Llegada a Paraguay, desayuno e ida al hotel.
Nuestros misioneros participaron en el Congreso Nacional de Guías de Cursillos Prematrimoniales.
Mañana intensa en lo que a misión apostólica se refiere y, como dice el Señor, todo trabajador tiene derecho a su salario
Este día fue intenso desde el principio. Por la mañana, unas veinte alumnas de segundo curso de Bioquímica de la Universidad Católica escucharon con atención a José María, que compartió poemas sobre la llamada del Señor y ese impulso tan humano de rehuirla. Su intención era clara: despertar conciencias.
Después tomó la palabra Manolín, que habló de los sacramentos, sobre todo del bautismo y la confirmación. Explicó que la confirmación no es solo un rito, sino un compromiso de servicio. También recordó la importancia de la Eucaristía, con su llamada a participar en la misa en estado de gracia.
El día empezó con un merecido descanso. No hubo sesiones en la universidad, pero aprovecharon para hacer una excursión a unas cataratas y, al mismo tiempo, preparar material para presentar al obispo: estatutos, decretos de aprobación y cartas de apoyo de cardenales.
Por la tarde conocieron al Padre Ecar, párroco del Espíritu Santo. Fue un encuentro cercano y sincero. El sacerdote, que había vivido una juventud marcada por la drogadicción antes de ordenarse y hoy era capellán de una cárcel, escuchó con interés la propuesta de la Obra. No solo se mostró abierto, sino que incluso ofreció el micrófono de su parroquia para presentarse en la misa del domingo 24. Además, propuso organizar un encuentro con los movimientos de su parroquia para difundir el mensaje ignaciano. En palabras de uno de los obreros: antes de la misa estuvimos reunidos primero en el despacho durante media hora en el que nos dimos a conocer y nos invitó Don Ecar a que fuéramos protagonistas en reuniones que él mismo convocaría, primero con los distintos movimientos que actúan en la feligresía de su parroquia, que son 12 en total. Y, posteriormente, convocaría a la feligresía para que tuviéramos otra reunión que tiene que servir para mostrar nuestras intenciones y que se sientan entusiasmado con nuestra espiritualidad.
La jornada terminó participando en la misa parroquial, con el corazón lleno de gratitud.
Manolín, por su parte, habló sobre la vocación sanitaria. Compartió experiencias vividas en hospitales, como la casa de acogida en Sevilla para familiares de pacientes de la unidad de quemados, y remarcó la importancia de ser cristiano en la práctica de la medicina.
Tras la charla, conversaron con tres alumnas interesadas en los Ejercicios de San Ignacio y acordaron verse de nuevo el martes 26.
A media mañana llegó el momento clave: la audiencia con el obispo, acompañado por el Padre Walter, director de la universidad. Presentaron los estatutos y el libro de Pura, y recibieron una cálida bienvenida. El obispo les mostró su apoyo, y el Padre Walter incluso les ofreció un espacio en la Expo Vocacional del año siguiente, todo un gesto de confianza.
La tarde la dedicaron a los estudiantes de Odontología. El vídeo de San Ignacio volvió a ser el punto de partida, esta vez con más calma, permitiendo preguntas y reflexiones. Rafa puso el acento en la vocación sanitaria, animando a los alumnos a vivir su fe en su profesión.
Más tarde tenían prevista una cita con la decana de la universidad, pero no se presentó. Aun así, aprovecharon el tiempo con otro grupo de alumnos para insistir en el valor de escuchar la voz interior y descubrir la propia vocación.
Gracias a la perseverancia de Rafa, lograron concretar una cita con el Provincial de los jesuitas, prevista para el sábado. Todo estaba listo para un encuentro decisivo.
La entrevista con el Padre Ireneo, Provincial de los jesuitas, duró hora y media y fue un diálogo lleno de cercanía. Descubrieron recuerdos comunes en Granada y Roma, profesores compartidos y nombres conocidos que sirvieron de puente.
Los misioneros presentaron la historia de la Obra y de Pura, destacando la fuerza de la espiritualidad ignaciana que la había marcado desde sus orígenes. Propusieron colaborar tanto durante su estancia en Paraguay como más adelante, a distancia.
El Provincial, muy ocupado, no pudo comprometerse a reuniones virtuales, pero dejó la puerta abierta a que otros jesuitas lo hicieran. Y aunque dejaron claro que no buscaban instalarse de inmediato en Paraguay, sí reconocieron la importancia de este primer paso: explorar el terreno y abrir camino hacia la ansiada aprobación pontificia.
(Continuará)