Este día fue intenso desde el principio. Por la mañana, unas 20 alumnas de segundo curso de Bioquímica de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción (Campus Alto Paraná) escucharon con atención a José María, que compartió poemas sobre la llamada del Señor y ese impulso tan humano de rehuirla. Su intención era clara: despertar conciencias.
Después tomó la palabra Manuel, que habló de los sacramentos, sobre todo del bautismo y la confirmación. Explicó que la confirmación no es solo un rito, sino un compromiso de servicio. También recordó la importancia de la Eucaristía, con su llamada a participar en la misa en estado de gracia.
El día empezó con un merecido descanso. No hubo sesiones en la universidad, pero aprovecharon para hacer una excursión a unas cataratas y, al mismo tiempo, preparar material para presentar al obispo: estatutos, decretos de aprobación y cartas de apoyo de cardenales.
Por la tarde conocieron al Padre Ecar Rolón, párroco de la parroquia Espíritu Santo. Fue un encuentro cercano y sincero.
El sacerdote no solo se mostró abierto, sino que incluso ofreció el micrófono de su parroquia para presentarse en la misa del domingo 24. Además, propuso organizar un encuentro con los movimientos de su parroquia para difundir el mensaje ignaciano.
En palabras de uno de los obreros: antes de la misa estuvimos reunidos en el despacho durante media hora en el que nos dimos a conocer y nos invitó el Padre Ecar a que fuéramos protagonistas en alguna reunión que él mismo convocaría con feligreses y representantes de los distintos movimientos que actúan en su parroquia.
La jornada terminó participando en la misa parroquial, con el corazón lleno de gratitud.
Manuel, por su parte, habló sobre la vocación sanitaria. Compartió experiencias vividas en hospitales, así como en la casa de acogida de la Obra de Jesús en Sevilla para familiares de pacientes de la unidad de quemados, y remarcó la importancia de ser cristiano en la práctica de la medicina.
Tras la charla, conversaron con varias alumnas interesadas en los Ejercicios de San Ignacio y acordaron verse de nuevo el martes 26.
A media mañana llegó el momento clave: la audiencia con el obispo, acompañado por el Padre Walter, vicedirector general de campus de la Universidad. Presentaron los estatutos y el libro de Pura, y recibieron una cálida bienvenida. El obispo les mostró su apoyo, y el Padre Walter incluso les ofreció un espacio en la “Expo VocacionArte” de la semana siguiente, todo un gesto de confianza.
La tarde la dedicaron a los estudiantes de Odontología. El vídeo de San Ignacio volvió a ser el punto de partida, esta vez con más calma, permitiendo preguntas y reflexiones. Rafa puso el acento en la vocación sanitaria, animando a los alumnos a vivir su fe en su profesión.
Más tarde aprovecharon el tiempo con otro grupo de alumnos para insistir en el valor de escuchar la voz interior y descubrir la propia vocación.
Gracias a Rafa, pudieron concretar una cita con el Padre Ireneo, SJ, párroco de San José Obrero. Todo estaba listo para un encuentro decisivo.
Los misioneros presentaron la historia de la Obra y de Pura, destacando la fuerza de la espiritualidad ignaciana que la había marcado desde sus orígenes. Propusieron colaborar tanto durante su estancia en Paraguay como más adelante, a distancia.
El Padre Ireneo, muy ocupado, no pudo comprometerse a reuniones virtuales, pero dejó la puerta abierta a que otros jesuitas lo hicieran. Y aunque dejaron claro que no buscaban instalarse de inmediato en Paraguay, sí reconocieron la importancia de este primer paso de exploración del terreno.
(Continuará)