Ir al contenido principal

TESTIMONIO DE ALGUNOS DE LOS PEREGRINOS III

Última entrega de los testimonios de peregrinos a Lourdes.

Testimonio de Antonio Cano:
Gracias a todos los integrantes del grupo, en nombre de mi esposa y en el mío propio, por los días que hemos pasado juntos. Sin duda nos servirán para enriquecer nuestras vidas, en el aspecto religioso y humano. Una de las palabras más hermosas es “COMPARTIR “ , y eso es lo que hemos hecho en estos días tan maravillosos. Gracias 🙏 de todo corazón y espero que tengamos más ocasiones para seguir en esta línea de amistad y religiosidad que tanta nos hace hoy en día. GRACIAS 🙏.


Testimonio de Augusto y Sonia:
Estimados amigos:
Una vez más agradecemos a la Obra de Jesús y a todos los responsables de la misma, el magnífico viaje compartido y disfrutado. Nos consta que el trabajo ha sido mucho pero lo habéis sacado con nota.
Agradecimiento especial al Padre José Antonio, por su grata compañía y por la gran labor ejercida estos días, para nosotros fructífera y enriquecedora.Gracias por sus hermosas misas.
Estamos seguros de que La Virgen ha escuchado nuestras oraciones, que ayudarán a enfermos y necesitados.
En Lourdes y con su Inmaculada Concepción, Bernadette está junto al enfermo, junto al peregrino con el testimonio de su vida y con el mensaje de la Virgen.
Augusto y Sonia.                
  ¡Obedecer es amar! ¡Sufrir en silencio por Cristo es alegría!
                                                     Santa Bernadette Soubirous






Testimonio de José Pablo:
No puedo sino dar gracias a Dios por la Obra de Jesús y por cada uno de vosotros. Imposible describir tantos buenos y bellos momentos con palabras. Gracias a todos! Ave María Purísima


Testimonio de Antonio Cavas:
Gracias a todos por esta peregrinación. Tenía ganas de ir, necesitaba bañarme en la gruta de Lourdes. He podido comprobar que sois muy buena gente y os deseo que la Obra de Jesús siga creciendo. Os pido que recéis por mi familia.



Testimonio de Pura Rodríguez:
Sinceramente, pensaba que era feliz antes de ir a Lourdes. Pensaba que lo tenía todo en la vida y que ya era quien yo tenía que ser. También pensaba que ya había conocido del todo a Dios y a María. Pero no podía estar más equivocada.

Cuando aquel niño alegre de la silla de ruedas clavó sus ojos en mí, cuando vi a la anciana de sonrisa torcida reír, cuando escuché el silencio en el momento de la adoración, cuando un joven brasileño me abrazó al verme llorar, cuando una mujer italiana me dijo que la Virgen cuidaba siempre de mí... ahí todas y cada una de aquellas noches en las que sentía un vacío en el alma cobraron sentido.

Yo estaba llamada a ser mucho más que alguien con aquella vida conformista que llevaba. Dios nos pide que aventuremos la vida, que no seamos cobardes. Y, para ello, Él nos acompaña en cada momento, no tenemos nada que temer. Simplemente (y digo simplemente, pero he tardado 16 años en darme cuenta) tenemos que aprender a dejar todo y a nosotros mismos en sus manos y confiar plenamente en Él. Sólo así lograremos la verdadera felicidad: siguiendo sus pasos sin soltar nunca su mano. Realmente, el hombre fuera de Dios no vive, no tiene esperanza y se encuentra perdido.

Con esto, animo a todos a ir a Lourdes. Nadie puede quedar indiferente tras conocer la vida allí. Pero, sobre todo, animo a ir a la gente que se sienta vacía, que crea que todavía no es feliz, o incluso que haya perdido la fe. Por experiencia propia, puedo asegurar que la Virgen está deseando curarte interiormente y lo hará en cuanto le abras tu corazón. Sólo dale la oportunidad.